24 abril 2016

FERNANDO DEL PASO, NOTICIAS DEL IMPERIO

FERNANDO DEL PASO, PREMIO CERVANTES 2015
Fernando del Paso Morante, escritor, dibujante, pintor, académico y periodista mexicano, es el ganador del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2015.
Fernando del Paso cultiva además de la novela, la poesía, el teatro y el ensayo, entre otros géneros.

Se le considera el último gran escritor que queda en México del Boom hispanoamericano.

El artista mexicano es un zurdo corregido que escribe con la derecha pero pinta y dibuja con la izquierda. 

Él mismo lo explica así:

“Toda mi vida ha continuado la riña entre mi mano izquierda y mi mano derecha. Ninguna de las dos triunfó y esto ha significado para mí un conflicto muy profundo. Sin embargo, mi mano derecha se ha impuesto, no sé si soy escritor, pero sé que no soy pintor, nunca he dejado de escribir para dibujar y siempre he dejado de dibujar para escribir”.


En su discurso de aceptación del Premio Cervantes el galardonado denunció la situación de su país natal.

Fiel a su estilo, Fernando del Paso acudió al acto con una corbata con los colores de la bandera de España  y comentó su relación con el español desde el momento de su nacimiento:

"Lloré un poco y ¡oh, maravilla! lloré en castellano: y es que desde hace 81 años y 22 días, cuando lloro, lloro en castellano, cuando me río, incluso a carcajadas, me río en castellano y cuando bostezo, toso y estornudo, bostezo, toso y estornudo en castellano. Eso no es todo: también hablo, leo y escribo en castellano."



Fernando del Paso  que cuida mucho su imagen y viste con una estética vibrante y colorida, generalmente adorna su indumentaria con vistosos complementos: gafas, guantes, corbatas y pañuelos.



NOVELAS DE FERNANDO DEL PASO
Entre las obras de Fernando del Paso, destacan tres extensas novelas que son consideradas como algunos de los mejores exponentes de la narrativa mexicana del siglo XX: 

JOSÉ TRIGO 

Publicada en 1966, es su primera novela, en ella nos cuenta la vida de José Trigo y con ella la de los trenes que salen y llegan a la estación Nonoalco-Tlatelolcoa, a la vez que nos ofrece una evocación total de la historia de su país, desde sus orígenes hasta el tiempo presente.

PALINURO DE MÉXICO 

Es una novela polifónica de 1977 que se vale de la lengua, la cultura y la recreación de todos los mundos imaginables para ofrecer una narración que mantiene una relación ambivalente con la historia reciente de México. 
Aunque puede leerse como una novela política, reflejo del espíritu revolucionario juvenil que floreció en México en los años sesenta, también se trata de una obra artística de una gran exuberancia narrativa.

NOTICIAS DEL IMPERIO

Esta famosa novela histórica de 1987 trata sobre la época del emperador Maximiliano I de México y su esposa Carlota de Bélgica y del trágico destino de su efímero imperio.
Esta obra Fernando del Paso corresponde a un nuevo tipo de novela histórica o metaficción historiógrafica.


NOTICIAS DEL IMPERIO 

De la novela Noticias del Imperio de Fernando del Paso recogemos un fragmento perteneciente al mónologo de María Carlota de Bélgica, Emperatriz de México:

"Yo soy María Carlota de Bélgica, Emperatriz de México y de América. Yo soy María Carlota Amelia, prima de la Reina de Inglaterra, Gran Maestre de la Cruz de San Carlos y Virreina de las provincias del Lombardovéneto acogidas por la piedad y la clemencia austríacas bajo las alas del águila bicéfala de la Casa de Habsburgo. Yo soy María Carlota Amelia Victoria, hija de Leopoldo Príncipe de Sajonia-Coburgo y Rey de Bélgica, a quien llamaban el Néstor de los Gobernantes y que me sentaba en sus piernas, acariciaba mis cabellos castaños y me decía que yo era la pequeña sílfide del Palacio de Laeken. Yo soy María Carlota Amelia Victoria Clementina, hija de Luisa María de Orleáns, la reina santa de los ojos azules y la nariz borbona que murió de consunción y de tristeza por el exilio y la muerte de Luis Felipe, mi abuelo, que cuando todavía era Rey de Francia me llenaba el regazo de castañas y la cara de besos en los Jardines de las Tullerías. Yo soy María Carlota Amelia Victoria Clementina Leopoldina, sobrina del Príncipe Joinville y prima del Conde de París, hermana del Duque de Brabante que fue Rey de Bélgica y conquistador del Congo y hermana del Conde de Flandes, en cuyos brazos aprendí a bailar, cuando tenía 10 años, a la sombra de los espinos en flor. Yo soy Carlota Amelia, mujer de Fernando Maximiliano José, Archiduque de Austria, Príncipe de Hungría y de Bohemia, Conde de Habsburgo, Príncipe de Lorena, Emperador de México y Rey del Mundo, que nació en el Palacio Imperial de Schönbrunn y fue el primer descendiente de los Reyes Católicos Fernando e Isabel que cruzó el mar océano y pisó las tierras de América, y que mandó construir para mí a la orilla del Adriático un palacio blanco que miraba al mar y otro día me llevó a México a vivir a un castillo gris que miraba al valle y a los volcanes cubiertos de nieve, y que una mañana de junio de hace muchos años murió fusilado en la ciudad de Querétaro. Yo soy Carlota Amelia, Regente de Anáhuac, Reina de Nicaragua, Baronesa del Mato Grosso, Princesa de Chichén Itzá. Yo soy Carlota Amelia de Bélgica, Emperatriz de México y de América: tengo ochenta y seis años de edad y sesenta de beber, loca de sed, en las fuentes de Roma.


Hoy ha venido el mensajero a traerme noticias del Imperio. Vino, cargado de recuerdos y de sueños, en una carabela cuyas velas hinchó una sola bocanada de viento luminoso preñado de papagayos. Me trajo un puñado de arena de la Isla de Sacrificios, unos guantes de piel de venado y un enorme barril de maderas preciosas rebosantes de chocolate ardiente y espumoso, donde me voy a bañar todos los días de mi vida hasta que mi piel de princesa borbona, hasta que mi piel de loca octogenaria, hasta que mi piel blanca de encaje de Alenzón y de Bruselas, mi piel nevada como las magnolias de los Jardines de Miramar, hasta que mi piel, Maximiliano, mi piel quebrada por los siglos y las tempestades y los desmoronamientos de las dinastías, mi piel blanca de ángel de Memling y de novia del Béguinage se caiga a pedazos y una nueva piel oscura y perfumada, oscura como el cacao de Soconusco y perfumada como la vainilla de Papantla me cubra entera, Maximiliano, desde mi frente oscura hasta la punta de mis pies descalzos y perfumados de india mexicana, de virgen morena, de Emperatriz de América.


El mensajero me trajo también, querido Max, un relicario con algunas hebras de la barba rubia que llovía sobre tu pecho condecorado con el Águila Azteca y que aleteaba como una inmensa mariposa de alas doradas, cuando a caballo y al galope y con tu traje de charro y tu sombrero incrustado con arabescos de plata esterlina recorrías los llanos de Apam entre nubes de gloria y de polvo. Me han dicho que esos bárbaros, Maximiliano, cuando tu cuerpo estaba caliente todavía, cuando apenas acababan de hacer tu máscara mortuoria con yeso de París, esos salvajes te arrancaron la barba y el pelo para vender los mechones por unas cuantas piastras. Quién iba a imaginar, Maximiliano, que te iba a suceder lo mismo que a tu padre, si es que de verdad lo fue el infeliz del Duque de Reichstadt a quien nada ni nadie pudo salvar de la muerte temprana, ni los baños muriáticos ni la leche de burra ni el amor de tu madre la Archiduquesa Sofía, y que apenas unos minutos después de haber muerto en el mismo Palacio de Schönbrunn donde acababas de nacer, le habían trasquilado todos sus bucles rubios para guardarlos en relicarios: pero de lo que sí se salvó él, y tú no, Maximiliano, fue de que le cortaran en pedazos el corazón para vender las piltrafas por unos cuantos reales. Me lo dijo el mensajero. Al mensajero se lo contó Tüdös el fiel cocinero húngaro que te acompañó hasta el patíbulo y sofocó el fuego que prendió en tu chaleco el tiro de gracia, y me entregó, el mensajero, y de parte del Príncipe y la Princesa Salm Salm un estuche de cedro donde había una caja de zinc donde había una caja de palo de rosa donde había, Maximiliano, un pedazo de tu corazón y la bala que acabó con tu vida y con tu Imperio en el Cerro de las Campanas. Tengo aquí esta caja agarrada con las dos manos todo el día para que nadie, nunca, me la arrebate. Mis damas de compañía me dan de comer en la boca, porque yo no la suelto. La Condesa d’Hulst me da de beber leche en los labios, como si fuera yo todavía el pequeño ángel de mi padre Leopoldo, la pequeña bonapartista de los cabellos castaños, porque yo no te olvido."
Fernando del Paso





Parte de la información para esta entrada ha sido tomada de los periódicos El País El Mundo.

20 abril 2016

LA MALDICIÓN DE MACBETH



LA MALDICIÓN DE MACBETH

Según una antigua superstición teatral llamada "la maldición escocesa", decir el nombre Macbeth dentro de un teatro puede causar un desastre. 

Por esta razón, Macbeth, la tragedia de Shakespeare, ha sido desde hace mucho tiempo considerada una obra maldita.

En el teatro se supone que no se la debe mencionar nunca por su título, salvo si es necesario para un ensayo o una representación. 



Además citarla o nombrar a sus dos personajes protagonistas se considera desastroso. 
Tampoco se debe utilizar  nunca su vestuario, escenografía o atrezo, fuera de la representación en escena.




Las gentes de la escena evitan decir la palabra Macbeth en el teatro, y se refieren a ella como "la obra escocesa" o "la obra del Bardo". 

Estos eufemismos se refieren a que Escocia es el lugar donde transcurre Macbeth y al apodo más frecuente de Shakespeare, conocido popularmente como el Bardo de Avon.

También se usa, "Esa obra", "La innombrable", "El negocio escocés", "La comedia de Glamis", Mackers o MacB como perífrasis o abreviaturas para evitar decir el nombre maldito.
Debido a esta superstición, el personaje protagonista es frecuentemente mencionado como "el Rey escocés" o "el Lord escocés".
Lady Macbeth su esposa por la misma razón es llamada "la dama escocesa". 


En el caso de que alguien pronuncie la palabra prohibida, existe incluso un ritual específico, para limpiar la maldición: salir del teatro, escupir en el suelo, girar sobre sí mismo tres veces y pedir a gritos poder volver a entrar en la sala y decir entonces una cita afortunada de otra obra de Shakespeare como la que dice: "¡Que hermosos pensamientos y horas alegres os acompañen!" de El mercader de Venecia.

Tampoco está claro el origen de la maldición.
Hay quien culpa a Shakespeare, por incluir auténticos conjuros de magia negra y verdaderas maldiciones en el texto. 
Otros dicen que a las brujas reales de la época de William Shakespeare no les gustó el trato recibido en la obra y la maldijeron.


Y los más prácticos esgrimen otro argumento: hay tanta violencia, luchas y armas en ella que no es difícil que surjan accidentes. 
La obra incluye tantas peleas en el escenario con armas peligrosas que, por mucho que sean de atrezo, hacen fácil que en el calor de la representación, se produzcan accidentes y heridas.

Kenneth Branagh es una del las últimas víctimas de la maldición de Macbeth. El actor británico hirió a un miembro del reparto con una espada durante la representación de "La tragedia escocesa" en Manchester en el 2013.
Jason Klarwein como Macbeth en la producción QTC de Michael Attenborough. 

Foto de Rob Maccoll 


La obra arrastra una larga serie de percances que empezaron en el mismo estreno de la obra, en 1606, cuando, según la creencia popular, el actor que interpretaba a Lady Macbeth enfermó repentinamente y murió entre cajas. 
Respecto al hecho de que fuera un actor en un papel femenino, hay que recordar que en el teatro isabelino no se permitía actuar a las mujeres.

El rey Jaime I de Inglaterra la prohibió durante cinco años debido a los conjuros que incluye y  es conocida por sus frecuentes accidentes en el escenario, Macbeth incluso causó alguna revuelta.
En 1848,  en Nueva York se produjo una lucha en el Astor Opera House entre los seguidores de dos actores de producciones rivales de la obra escocesa en la que murieron veintidós personas y hubo más de cien heridos.




En 1947, el actor Harold Norman que decía no creer en la superstición, resultó herido y murió representando una lucha en Macbeth. Ahora se dice que su fantasma aparece los jueves en el Coliseum Theatre en Oldham, donde se representó la fatal escena.

En una producción de 1942, con John Gielgud como Macbeth, tres actores, dos de las brujas y Duncan, murieron y el diseñador de escena se suicidó. 

Hay numerosas historias de actores que cayeron del escenario representando la obra.

In 1948, la actriz Diana Wynyard, representando a Lady Macbeth, declaró abiertamente que no creía en la maldición. 

Al día siguiente, decidió hacer la escena sonámbula con los ojos cerrados para ser más convincente. 
Como resultado de ello cayó al foso de la orquesta desde una altura de cuatro metros y medio. 
No obstante la actriz subió de nuevo al escenario y siguió con la representación. 


Los percances de Macbeth a lo largo de la historia han implicado a actores tan famosos como Laurence Olivier  que se libró por poco de ser aplastado por un peso del escenario que cayó o Charlton Heston que resultó con quemaduras.

Tampoco se salvan de la maldición escocesa las versiones de Macbeth para la gran pantalla.

Orson Welles  filmó la obra en  1946, y exigió que el elenco la representase con acento escocés ya que es, al fin y al cabo, una obra escocesa. 

Desgraciadamente cuando se acabó la película, se vio que los esfuerzos de los actores habían hecho los diálogos enteramente incomprensibles para la audiencia. Así que todo el sonido tuvo que ser grabado de nuevo. 





Aunque algunos directores como el japonés Akira Kurosawa parecen no haber tenido miedo de la famosa maldición ya que  las escenas de armas de Trono de sangre, su versión de Macbeth, se rodaron con armas de verdad, incluyendo las flechas que caen sobre Toshiro Mifune, la tensión  del actor en todo el filme, no es sólo producto de la actuación, también es una emoción real. 

En 1971, Roman Polanski  hizo una versión de Macbeth para el cine y en el primer día de filmación un operador de cámara sufrió un grave accidente. 


El Macbeth de 2015 dirigida por Justin Kurzel y protagonizado por Michael Fassbender tampoco se libró de problemas.






Las anécdotas en el teatro se suceden y mientras que en otras obras son olvidadas, cada nuevo caso en Macbeth es anotado como uno más de la lista de desgracias que la obra escocesa desencadena.
Por otro lado, volviendo al teatro hay que recordar que Macbeth es además la tragedia más corta de Shakespeare y de alguna manera resulta bastante barata de representar. 


Una teoría sugiere que cuando en una compañía las finanzas van mal, es frecuente hacer un montaje de Macbeth ya que la obra tiene fama de que llena los teatros.

Y claro, siempre que se recortan gastos, la seguridad se ve comprometida y los accidentes aumentan. 
Y si finalmente, la compañía fracasa de todas maneras, obviamente es por culpa de la maldición...


Si quieres saber más sobre la maldición de Macbeth, consulta la obra de Richard Huggett, Supernatural on Stage: Ghosts and Superstitions in the Theatre (NY, Taplinger, 1975).



13 abril 2016

LAS ACTRICES EN EL TEATRO DE SHAKESPEARE


VIDAS SECRETAS DE LAS MUJERES QUE ROMPIERON LOS TABÚS PARA REPRESENTAR A SHAKESPEARE  
En Inglaterra las mujeres en escena fueron una rareza en el teatro de la Restauración. 
Pero como nos muestra la nueva exposición de la British Library, Shakespeare in Ten Acts, las primeras actrices de El Bardo de Avon fueron valientes pioneras. 


Los grandes actores del teatro isabelino y georgiano, como Will Kempe, Richard Burbage y David Garrick, pueden no ser muy conocidos hoy en día, pero su reputación vivirá en el teatro. ¿Sin embargo, qué pasa con las actrices que aparecieron con ellos en las mismas compañías? Sus nombres, así como su fama, en su mayoría han sido olvidados. 


Hasta 1660 los papeles femeninos del teatro de Shakespeare fueron interpretados por niños o jóvenes. 

Pero una nueva investigación de la Biblioteca Británica ha descubierto detalles de las carreras de las pocas mujeres pioneras que comenzaron a representar los grandes personajes femeninos de Shakespeare a pesar de los prejuicios de su tiempo. 


Consideradas como prostitutas o, en el mejor de los casos, como excitantes excepciones, estas seis o siete actrices prominentes tuvieron que ganarse su lugar dentro de las compañías que anteriormente eran exclusivamente masculinas. 

También tuvieron que hacer frente a ricos aficionados al teatro que llegaban a pagar un poco más cada noche para poder verlas vestirse. 


Este mes la biblioteca londinense muestra en exhibición su copia de un curioso prólogo, escrito para advertir al público que una verdadera actriz aparecería esa noche como Desdémona en Otelo

Compuesto por el actor y poeta Thomas Jordan en el invierno de 1660, el prólogo promete que la actriz está "tan lejos de ser lo que se llama una puta, como Desdémona ofendida por el moro". 

Sus palabras inicialmente dirigidas a una audiencia en el Vere Street Theatre, en el Lincoln's Inn, se unen a otros documentos raros como una parte clave de una nueva exposición, Shakespeare en diez actos, para conmemorar el 400 aniversario de la muerte de Shakespeare. 

El prólogo de Jordan subraya rápidamente la potencia sexual del momento histórico, al tiempo que parece quitarle importancia: 

"Vengo sin que lo sepa nadie 
para contaros una noticia: vi a la dama vestirse.
Una mujer representa hoy en día, no me confundo.
Ningún hombre con vestido, o joven en enaguas.
Una mujer que yo sepa, sin embargo, yo no podría,
(si tuviera que morir) hacer una declaración jurada."

La exposición de la Biblioteca Británica también incluirá una copia original de 1662 de la proclama real que concedía licencia a las mujeres para aparecer de nuevo en el escenario profesional. 
Todo el teatro había sido prohibido por una ordenanza puritana de 1647, pero en 1660 les fueron concedidas licencias a dos compañías escénicas, una dirigida por William Davenant y otra por Thomas Killigrew. 

 La actriz Molly Davis  por  Mary Deale

Dos años más tarde, Carlos II, un gran admirador del teatro y de las actrices, decretó "que todas los papeles femeninos que fueran representados en cualquiera de estas dos compañías en el futuro podrían ser interpretados por mujeres".
Fue la compañía de Killigrew la que llevó a cabo una producción de Otelo, el moro de Venecia  ese invierno.

La conservadora principal de la exposición, Zoë Wilcox, cree conocer ahora quien hizo entonces el principal papel femenino, aunque una nota posterior anotada en el margen sugiere que podría haber sido una Mrs Morris. 
"Hay muy poca evidencia escrita, pero creemos que en realidad era una mujer llamada Ann Marshall. Que es la que mejor se ajusta a las fechas ", dijo Wilcox.

La actriz Ann Marshall, también conocida como Mrs Ann Quin, fue una celebridad del teatro de la Restauración, al igual que su hermana menor, Rebecca.

Durante un tiempo se pensó que Margaret Hughes hizo la primera Desdémona interpretada por una mujer.
Margaret Hughes,  conocida como Peg, llegaría a ser parte de la compañía del Teatro Real de Drury Lane y a disfrutar de una exitosa carrera en la escena, junto con las atenciones del príncipe Rupert, un primo de Carlos II.


Margaret (Peg) Hughes, actriz de la Restauración  

por Sir Peter Lely 1672 


Otras actrices destacadas de principios de la época fueron Ann Barry y Mary Saunderson también conocida como Mrs Betterton, la primera mujer en representar a Julieta en Romeo y Julieta y a Lady Macbeth.

Las nuevas actrices de shakesperianas provocaron fuertes reacciones. 
El 3 de enero 1661, Samuel Pepys escribió en su célebre Diario al ver la Compañía del Rey de Killigrew representar la obra The Beggars’ Bush: "La primera vez que he visto mujeres sobre el escenario." 

Diario de Samuel Pepys

Durante algunos años, sin embargo, estas actrices fueron vistas como una diversión para voyeristas aficionados al teatro.
La nueva exposición Shakespeare in Ten Acts nos presenta las páginas de una revista llamada The Female Tatler, que lamenta la tendencia de que los hombres se sienten detrás del escenario en el teatro para ver a las actrices que se visten, en lugar de ver la obra.


El travestismo también causó un grado de emoción sexual entre los amantes del teatro y provocó una reación moralizante más amplia en la sociedad.
La pequeña delincuente Maria Frith alias Moll Cutpurse la famosa  protagonista de The London Roaring Girle que se vestía regularmente como un hombre, fue el tema de esta obra de teatro popular, apareció en persona en una pequeña representación para promover el espectáculo y fue detenida más tarde por indecencia .


Del mismo modo, Edward Kynaston, un actor que había seguido desempeñando papeles femeninos, tuvo un gran número de seguidores entre hombres y mujeres. 
"Sus admiradoras ricas solían sacarle en sus paseos públicos en carruajes por el parque vestido con sus trajes de protagonistas femeninos Shakesperianos", según comenta la experta Zoë Wilcox.


Maxine Peake y Dame Harriet Walter, actrices contemporáneas que han representado papeles masculinos de Shakespeare en producciones recientes, aparecen en entrevistas en vídeo en la exposición londinense sobre las actrices en Shakespeare.
Ambas destacan la fluidez de los géneros que siempre se ha celebrado en las obras de Shakespeare.


"Obviamente, yo estaba al tanto de la historia de actrices que representaron Hamlet  como Ellen Terry o Sarah Bernhardt," dijo Walter, que representó a Bruto en Julio César en una producción totalmente femenina en el Donmar Warehouse de Londres.

"Pero había muchas más... había muchas más actrices desempeñando roles masculinos en la historia de las que somos conscientes. 
Así que de nuevo se plantea una pregunta: ¿por qué no se ha escrito más acerca de ellas?"


Los datos para esta entrada han sido tomados de una información de Vanessa Thorpe para The Guardian y The Observer.









09 abril 2016

SHAKESPEARE, FIRST FOLIO DE MOUNT STUART HOUSE


LOS FIRST FOLIOS DE WILLIAM SHAKESPEARE
Publicado en 1623, el First Folio reunió la mayoría de las obras teatrales del escritor y se estima que se conservan en la actualidad unas 234 copias de las 800 que se imprimieron originalmente y que se conocen como First Folio.
Gracias a los First Folios se conocen la mitad de las obras del dramaturgo, que de otra manera se habrían perdido.

EL FIRST FOLIO DE MOUNT STUART HOUSE


Un grupo de investigadores británicos ha encontrado y autentificado un ejemplar en tres volúmenes de la primera edición que recopiló la mayor parte de las obras de teatro escritas por William Shakespeare, y que fue impresa en 1623, siete años después de la muerte del dramaturgo en 1616.

Este nuevo First Folio contiene 36 obras de teatro de William Shakespeare y ha sido hallado en la biblioteca de Mount Stuart House, una mansión neogótica de la isla de Bute, en el este de Escocia.


Aunque no está a la venta, será expuesto en Mount Stuart Huse hasta octubre y su precio estimado es de unos tres millones y medio de libras.

El libro, cuyo nombre original era Comedias, Historias y Tragedias de William Shakespeare, estaba ignorado en la biblioteca de Mount Stuart House, residencia del marqués de Bute, y fue identificado como auténtico por Emma Smith, profesora de Estudios Shakesperianos de la Universidad inglesa de Oxford.


"Los dueños se pusieron en contacto conmigo para decirme que tenían un First Folio de Shakespeare y yo les respondí: 'Ya, sí, seguro'. Sin embargo, después de un estudio detallado resulto ser verdadero".

Según Emma Smith  esta copia perteneció a Isaac Reed, un conocido editor literario que trabajaba en Londres en el siglo XVIII y que compró este First Folio en 1786.

Los tres libros encuadernados en piel van acompañados de una carta de un editor del siglo XVIII, Isaac Reed, en la que se da cuenta de los anteriores dueños del First Folio hasta llegar a él, lo cual ha facilitado la tarea de certificar la autenticidad del hallazgo.
Otros documentos indican que Reed vendió la copia en 1807 a una persona identificada con las iniciales "JW", pero después se perdió su paradero al no figurar en ningún archivo oficial y no estaba incluida en un censo realizado en 1906 sobre los First Folios.


Smith estima que Mount Stuart adquirió esta copia del First Folio entre 1807 y 1906.
Normalmente los First Folios están encuadernados en un solo gran tomo para ser leído en una mesa, el detalle particular de esta copia es que está encuadernada en tres volúmenes con muchas páginas en blanco, reservadas para introducir ilustraciones, según la experta.
Esta división poco habitual del First Folio de Bute en tres tomos se supone que serviría para facilitar la comodidad de su lectura.


"Cuando pensamos en Shakespeare, generalmente pensamos en las obras representadas en el escenario, pero la palabra escrita y el First Folio son centrales para entender a Shakespeare", dijo Smith.
Según la estudiosa, este formato nos recuerda cuando los First Folios que ahora vemos en vitrinas de cristal, eran libros para leer al lado de la chimenea y al alcance de cualquier lector de la casa.

400 AÑOS DE WILLIAM SHAKESPEARE
Con motivo de los 400 años del aniversario de Shakespeare, hay programados en el Reino Unido numerosos eventos, entre ellos una exposición dedicada al dramaturgo que abrirá la próxima semana en la Biblioteca Británica.
El hallazgo  de este nuevo First Folio de Mount Stuart se conoce a pocas semanas de conmemorarse los 400 años de la muerte del dramaturgo, el 23 de abril de 1616.


La información para esta entrada ha sido tomada de la BBC, El País, ABC y La Vanguardia. Las fotos pertenecen a AP y a AFP